El clásico más descafeinado que se recuerda también se lo llevó el Madrid. Se disputó después de la siesta, hora extraña para el derbi. Además, mediaban la resaca del vibrante partido copero y el partido de vuelta de la Champions League.
El Barça, que no está en su mejor momento, no pudo con un Madrid que le sale todo, hasta con rotaciones. Bastó la consistencia y contundencia aplicada por Mourinho para frenar un equipo azulgrana que no está en su nivel. Además, Messi no aparece.
Lo más reseñable del partido acaeció hacia el final, puesto que la primera hora de encuentro se asemejaba más a un entreno que a un clásico liguero. Saltó CR7 al campo y el equipo blanco espaviló. Logró el 2-1 con un cabezazo de Sergio Ramos a la salida de un córner botado por Luka Modric. El conjunto de Mou disfrutó de un par de ocasiones claras en las botas del canterano Morata y en una falta lanzada por el luso que se estrelló en el larguero. Ya en el descuento, Sergio Ramos hizo un claro penalty sobre Adriano. Lo último que le faltaba al Barcelona fue que Pérez Lasa se hiciera el sueco, y así fue. Victor Valdés fue expulsado con el partido ya terminado por protestarle dicha decisión al colegiado.
El Madrid recupera la moral de cara al inminente partido frente al United. El Barça deberá espavilar.
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